HE MATADO A MI MADRE

Título original: J'ai tué ma mère

 Año: 2009  

Duración: 96 min. 

País:  Canadá 

Director: Xavier Dolan 

Guión: Xavier Dolan 

Música: Nicholas Savard-L'Herbier  

Fotografía: Nicolas Canniccioni, Stéphanie Anne Weber Biron 

Reparto: Xavier Dolan, Anne Dorval, François Arnaud, Suzanne Clément

Productora: Indie Dandy Productions / Mililifilms / Novem

 

Trailer (subtítulos en inglés)

Pocos jóvenes directores despiertan tanto interés como Xavier Dolan (25 años en la actualidad). Con tan solo 16 años, escribió el guion de J'ai tué ma mère  ('He matado a mi madre', no estrenada en España) , aunque no fue hasta los 19 que empezó a producir la película (en un principio financiada por él mismo, aunque más tarde pidió distintas subvenciones). Después llegaron Los amores imaginarios o Laurence Anyways (las cuales si que han sido estrenadas en nuestro país, aunque escasamente proyectadas), que han sabido captar la atención de la crítica cinematográfica, especialmente por su valor transgresor. Pero ya J'ai tué ma mère  sorprendió al público internacional: el trasfondo autobiográfico, la profundidad de los sentimientos y cómo se muestran, y el cuidado máximo de cada detalle hicieron de este largometraje una carta de presentación increíble para un nuevo director.      En J'ai tué ma mère, Dolan, que además de director también es actor, encarna el personaje de Hubert, un adolescente de 16 años que vive con su madre divorciada, Chantale. La película empieza con Hubert contando que se pelearía por su madre, pero que no la soporta y no puede continuar su relación con ella. Una mañana, tras una discusión en el coche de camino al instituto, a Hubert le mandan un trabajo en el que tiene que escribir sobre ella, por lo que decide preguntarle a su profesora si lo puede escribir sobre otra persona porque su madre está muerta. Conversando profesora y alumno, aquella descubre que su madre no está muerta realmente y le dice: "has matado a tu madre". A partir de ese momento madre e hijo discuten contínuamente hasta que al final, los padres de Hubert deciden internarlo. Hubert no soporta la situación y destroza la habitación de su madre. Tras sufrir distintas agresiones en el internado, Hubert decide escaparse con ayuda de su novio Antonin. Se van a una casa de campo en la que pasaba el tiempo de pequeño. Su madre descubre que está ahí y los dos se abrazan.      No todo el cine puede ser considerado arte. Hay cine más comercial, cine más experimental... Dolan se centra en un estilo muy propio a distintos niveles.      Por un lado, ambienta la película en un tiempo presente pero siguiendo la estética actual basada en lo relativamente antiguo, en los últimos años del siglo pasado (ropa, mobiliario, colores...). Transporta esa estética "indie" más reservada para el mundo del cortometraje y el videoarte al mundo del cine de gran pantalla.      Por otro, no utiliza los temas relativamente contemporáneos en el cine, como la homosexualidad o la transexualidad, como hilo conductor, sino que los integra en la vida cotidiana de los personajes, sin darle una importancia mayor de la que se merece.  En este tipo de detalles se observa la influencia en Dolan de las corrientes actuales y de cinematógrafos ya experimentados como Almodovar.       Además, tiene un cuidado especial por el vestuario, la estética y la banda sonora, lo cual convierte sus películas en un placer para los sentidos, y utiliza recursos visuales, como escenas "pop", para hacer visibles los pensamientos de Hubert, a parte de para quitar peso dramático a las escenas.      Con una trama sencilla pero bien pulida, una estética especialmente cuidada y todos los detalles que he mencionado, J'ai tué ma mère se ha convertido una película imprescindible para quién le guste el buen cine canadiense y quiera empezar a saber del director que arrasa en Cannes.      Además, tiene un cuidado especial por el vestuario, la estética y la banda sonora, lo cual convierte sus películas en un placer para los sentidos, y utiliza recursos visuales, como escenas "pop", para hacer visibles los pensamientos de Hubert, a parte de para quitar peso dramático a las escenas.      Con una trama sencilla pero bien pulida, una estética especialmente cuidada y todos los detalles que he mencionado, J'ai tué ma mère se ha convertido una película imprescindible para quién le guste el buen cine canadiense y quiera empezar a saber del director que arrasa en Cannes.